El calentamiento global es el aumento gradual de la temperatura del planeta debido a la acumulación de gases que atrapan el calor en la atmósfera. Esto provoca que la Tierra se vuelva más cálida de lo normal. El cambio climático se refiere a las alteraciones del clima global, como cambios en las lluvias, el aumento del nivel del mar y fenómenos extremos, que son consecuencias directas del calentamiento global.
El efecto invernadero es un proceso natural que permite que la Tierra mantenga una temperatura adecuada para la vida. Los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O), actúan como una capa que retiene el calor del sol, similar a lo que sucede en un invernadero. Sin embargo, cuando hay demasiados de estos gases en la atmósfera, se atrapa más calor del necesario, causando el calentamiento global.
Los principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso. El dióxido de carbono se produce principalmente al quemar combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) para generar electricidad, en el transporte y en la industria. La deforestación también libera CO₂ porque los árboles absorben este gas cuando están vivos. El metano proviene de la descomposición de materia orgánica en vertederos, la cría de ganado y el cultivo de arroz. El óxido nitroso se genera principalmente por el uso de fertilizantes en la agricultura y la quema de combustibles fósiles.
Entre 1999 y 2022, las concentraciones de CO₂, metano y óxido nitroso han aumentado constantemente, acelerando el calentamiento global y aumentando la frecuencia de eventos climáticos extremos.
Las consecuencias del calentamiento global son diversas y afectan tanto al medio ambiente como a las sociedades humanas de manera significativa:
Derretimiento de los glaciares:
Los glaciares, grandes masas de hielo en lugares fríos como los polos y las montañas, se están derritiendo rápidamente debido al aumento de las temperaturas. Esto contribuye al aumento del nivel del mar y afecta a los ecosistemas que dependen del hielo, como el hábitat de los osos polares y otros animales árticos.
Aumento del nivel del mar:
A medida que los glaciares se derriten y los océanos se calientan, el agua se expande, provocando un aumento en el nivel del mar. Esto pone en riesgo a las ciudades y comunidades costeras, que pueden inundarse. Países insulares y áreas cercanas al mar corren el riesgo de desaparecer o perder grandes extensiones de tierra habitable.
Fenómenos climáticos extremos:
El calentamiento global está relacionado con el aumento de huracanes, tormentas más fuertes, lluvias intensas y olas de calor prolongadas. Estos fenómenos climáticos extremos causan devastación en muchas regiones del mundo, con consecuencias como inundaciones, destrucción de infraestructura, y pérdida de vidas y bienes.
Incendios forestales:
Las olas de calor y las sequías prolongadas, que son más frecuentes debido al cambio climático, aumentan el riesgo de incendios forestales. Estos incendios pueden devastar grandes áreas de bosques, destruyendo hábitats de animales y plantas, y liberando enormes cantidades de CO₂ a la atmósfera, lo que agrava aún más el calentamiento global.
Afectación de cultivos y recursos hídricos:
El aumento de las temperaturas y los cambios en las pautas de lluvia están alterando las condiciones necesarias para la agricultura. Sequías más frecuentes y graves pueden afectar los cultivos, lo que reduce la producción de alimentos y pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas. Además, la escasez de agua en muchas regiones se agrava, afectando tanto al consumo humano como a las actividades agrícolas.
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