Actitudes Democráticas:
Búsqueda de condiciones que hagan más real la libertad propia y ajena: Esta actitud se refiere al compromiso activo con la creación y preservación de un entorno donde la libertad individual no solo sea teórica, sino que se materialice en la vida cotidiana. Esto incluye luchar contra las barreras sociales, económicas y políticas que limitan la libertad, tanto en uno mismo como en los demás, promoviendo la autonomía y la capacidad de tomar decisiones libres.
Respeto a los humanos, la ley y las normas: Implica un reconocimiento profundo de la dignidad intrínseca de cada persona, independientemente de sus diferencias, y un compromiso con la observancia de las leyes y normas que rigen la convivencia social. Este respeto no es solo una cuestión de cumplimiento legal, sino también de reconocimiento moral de la importancia de las leyes como herramientas para proteger los derechos y el bienestar de todos.
Búsqueda de la igualdad real: Más allá de la igualdad formal ante la ley, esta actitud se centra en la creación de condiciones que permitan a todas las personas disfrutar de las mismas oportunidades en la práctica. Esto incluye combatir la discriminación, las desigualdades estructurales y cualquier forma de exclusión que impida a alguien alcanzar su pleno potencial, promoviendo una sociedad más justa y equitativa.
Aprecio por el diálogo: Esta actitud valora el diálogo como una herramienta esencial para la vida democrática. El diálogo permite el intercambio de ideas y perspectivas, la comprensión mutua y la búsqueda de soluciones consensuadas. Se trata de estar dispuesto a escuchar activamente, considerar puntos de vista diferentes y llegar a acuerdos a través del entendimiento mutuo, en lugar de la imposición.
Manejo de mecanismos para la resolución pacífica de conflictos: En lugar de recurrir a la violencia o la coerción, esta actitud promueve el uso de estrategias como la negociación, la mediación y el arbitraje para resolver conflictos. Implica un compromiso con la paz y la cooperación, incluso en situaciones de desacuerdo o tensión, buscando soluciones que satisfagan a todas las partes involucradas.
Respeto a la institucionalidad democrática: Esta actitud subraya la importancia de respetar y fortalecer las instituciones democráticas, que son fundamentales para la estabilidad y el funcionamiento de una sociedad democrática. Esto incluye no solo el respeto por las reglas y procedimientos establecidos, sino también un compromiso con la participación ciudadana y la defensa de los valores democráticos frente a cualquier amenaza.
Reciprocidad, respeto y lealtad en las relaciones humanas: Se refiere a la construcción de relaciones interpersonales basadas en el respeto mutuo, la consideración y la fidelidad a los compromisos asumidos. La reciprocidad implica que las acciones se basen en un intercambio justo y equitativo, mientras que el respeto y la lealtad aseguran que estas relaciones se mantengan fuertes, éticas y duraderas.
Competencias Ciudadanas
Prácticas ciudadanas basadas en derechos y deberes: La democracia no es solo un sistema de gobierno, sino un estilo de vida donde los derechos y los deberes están equilibrados. Involucra desde el respeto por los derechos de los demás hasta cumplir con responsabilidades como votar, respetar las leyes y participar en la comunidad.
Responsabilidad tributaria: Los ciudadanos deben contribuir económicamente a través de impuestos, lo cual es fundamental para financiar servicios públicos (salud, educación, infraestructura) y mantener el bienestar social. Esta responsabilidad es solidaria y equitativa, donde todos aportan según sus ingresos.
Participación social y política: Incluye el derecho y el deber de los ciudadanos de involucrarse en actividades que afectan a la sociedad, como votar, participar en organizaciones sociales o movimientos políticos, y colaborar en la toma de decisiones que mejoran la comunidad y la nación.
Buenas relaciones interpersonales: Fomentan la cooperación, el respeto mutuo y la comunicación efectiva en la sociedad. Implica desarrollar habilidades como la empatía, la escucha activa, el respeto a las diferencias y la capacidad de resolver conflictos de manera constructiva.
Respeto a la libertad ajena: Consiste en entender que cada individuo tiene derechos y libertades que deben ser respetados. Esto implica rechazar actitudes autoritarias, la imposición de creencias o prejuicios, y promover la tolerancia y la diversidad en las interacciones sociales.
Deliberación, consensos y disensos: La deliberación permite el análisis y la discusión reflexiva sobre temas de interés común. El consenso busca acuerdos en los que todas las partes estén de acuerdo, mientras que el disenso reconoce la importancia de respetar las opiniones diferentes, lo cual enriquece la democracia y permite una toma de decisiones más inclusiva
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